Después de mucho y arduo trabajo, un día llega el deseado ascenso laboral. Sin embargo subir de puesto puede causar problemas con el resto del equipo. A fin de cuentas, la promoción cambiará los roles de cada uno en el trabajo.
Este tipo de promociones en un equipo o empresa implica ser de pronto el jefe o jefa de aquellas personas con las que, hasta hace poco, se estaba a un mismo nivel. En vez de seguir trabajando “codo a codo”, como compañeros, de repente hay jerarquías. Y esto puede causar conflictos.
QUÉ PASA CUANDO UN COLEGA ASCIENDE DE PRONTO A JEFE
“Suele ser a menudo una situación muy difícil, y para todos los implicados”, dice Jutta Boenig. Como asesora profesional ya llevó a cabo varias conversaciones sobre este tema con sus clientes.
Por lo general, lo que pasa es que el diálogo comienza a ser distinto a como era hasta ese momento. Y los demás suelen alejarse y ser escépticos con el colega ascendido. Pero, ¿por qué?
La psicóloga Madeleine Leitner dice que muchas veces se debe a envidias y celos ¿Qué hacer entonces?
CONSEJOS PARA DIRECTIVOS: DAR BUENOS ARGUMENTOS AL EQUIPO
“Es importante la transparencia máxima”, aconseja Boenig, y lo ve como tarea de los directivos. En su opinión, poco antes del ascenso, estos deberían informar al equipo dando buenos argumentos de por qué fue elegida esa persona para liderar.
Otro argumento posible es que la persona fue elegida para liderar porque, además de estar calificada, demostró un mayor compromiso con el trabajo.
TIPS PARA EL ASCENDIDO: SER AMABLE PERO FIRME
De repente, el nuevo jefe se encuentra dirigiendo a sus excolegas. De acuerdo con Boenig, especialmente al principio, muchos nuevos jefes tienden a ser excesivamente humildes porque sienten culpa ante sus colegas. Pero, en su opinión, este no es el camino correcto.
“Lo mejor es tener una pequeña charla con todos al principio”, recomienda Boenig. Se puede decir algo así como: “Estoy muy contento y sé que son escépticos, pero mi puerta estará siempre abierta para ustedes”. Esto no significa caer en una posición de “por favor, por favor”, sino mostrarse decidido y resolutivo.
Otro paso posible es invitar a los nuevos “subalternos” a mantener conversaciones individuales. De esta forma, el nuevo jefe puede enterarse de en qué campos ven sus colegas necesidades de cambio y cuáles son sus deseos. “De paso, se les puede preguntar cómo encararían ellos estos cambios”, recomienda Leitner. Esto permite a las dos partes aclarar sus posiciones y establecer un camino en común.
CONSEJOS PARA EL DÍA A DÍA: MANTENERSE EN CONTACTO
En el día a día, el intercambio entre jefe y equipo debería ser pragmático. Boenig cita como ejemplo: “El jefe no debería dejarse afectar por frases como ‘vaya, qué suerte has tenido de poder dar un salto así’”.
Este tipo de intercambios no suman y tampoco contribuyen al buen trabajo en equipo. Siempre es mejor simplemente sonreír y preguntar: “¿Qué tema teníamos pendiente?”.
CONSEJOS PARA LA EMPRESA: PONGA A DISPOSICIÓN MENTORES
Como jefe hay que empezar de pronto a dar indicaciones y tomar decisiones. Para algunas personas esto no es un problema, pero para otras sí.
“Las mujeres jefas, en particular, tienden a menudo a tratar a los empleados subordinados como si todos estuvieran al mismo nivel”, dice Leitner. Desde su punto de vista, ese es un error. Cree que quizá a las mujeres les cuesta más ponerse por encima de los demás, ya que tienen miedo de exponerse y quedarse solas.
“Por eso, para muchas personas, también hombres, sería deseable tener al lado a alguien que les ayude a sentirse cómodas en su nuevo rol”, dice Leitner. Este mentor puede ser una persona de la empresa que ya tiene varios años en posiciones de liderazgo.
TIPS PARA EL NUEVO JEFE: NO CAMBIAR TODO DE REPENTE
Algo que el nuevo jefe debe evitar a toda costa es tratar a sus hasta entonces colegas “desde arriba”. Tampoco hay que guiarse por el lema “escoba nueva barre mejor”. Es decir, no descartar de un día al otro todo lo que se hacía hasta el momento.
“Tampoco hay que tratar de ser ‘amable’ y negar la realidad con aquellos colegas que son envidiosos o tienen en general un conflicto con la autoridad”, subraya Leitner. A fin de cuentas, es uno el jefe. Es decir, no hay que dejar margen de duda de que es uno el jefe y que va a ejercer ese rol.
Esto no significa que haya que inflar artificialmente un asunto o crear un conflicto. Sin embargo, es importante estar alerta para saber si se está iniciando algún tipo de sabotaje. Si es así, el ascendido debe llamar individualmente a la persona en cuestión, confrontarla y preguntarle dónde está el problema.
“Es posible que uno mismo haya aportado razones por las que las cosas no van bien”, explica Leitner. Al fin y al cabo, también los directivos pueden aprender algo nuevo.
TIPS EN EL CASO DE PROBLEMAS: SER HONESTO CON LOS DEMÁS Y CON UNO MISMO
En caso de que el equipo definitivamente no pueda trabajar bien con el nuevo jefe salido de las propias filas, sólo queda una cosa por hacer: cambiar. Quizá dentro de la misma empresa. O bien se puede buscar trabajo en otra empresa. “A la larga, no es posible trabajar enojado y frustrado”, señala Boenig.
Si el problema es que otra persona del equipo habría querido ser jefe y no fue el caso, puede ser de ayuda hablar abiertamente sobre esto. Incluso es posible comunicar estos deseos en las charlas anuales. “De esta forma, cuando se produzca la próxima vacante, posibles afectados tendrán la oportunidad entonces de poner a prueba su capacidad de liderazgo”, concluye Boenig.